LA DUQUESA DE LA VICTORIA DE LA CAJA DE CERILLAS
En el s. XIX los impresores enseñaban al pueblo iletrado el mundo que rara vez podían visitar y conocer. Eran tiempos en los que las técnicas de cromolitografía y otras, permitían hacer estampillas religiosas que difundían la fe, fabricar los cromos que proporcionaban atractivo a los chocolates... y las cajas de cerillas tenían hermosos cartones. ¡Estamos en el inicio de la publicidad!
En el siglo XIX la mayoría de la población no sabía leer ni escribir y las imágenes eran escasas y muy valiosas. Existían muy pocas revistas ilustradas y la fotografía estaba en sus inicios. Eran años difíciles y las gentes necesitaban saber, tener señas de identidad y modelos a seguir en una sociedad sumida en guerras civiles, coloniales y con una enorme inestabilidad del sistema político y económico. Las mejores imágenes publicitarias, las que podían ver todo el mundo y conservarse durante un tiempo fueron las cajas de cerillas cuyos recipientes se rellenaban y permanecían en la cocina como un objeto cotidiano. Fueron tan importantes estos recipientes, que pronto, aparecieron en ellas reyes, políticos para la propaganda favorable o no del poder. Sus temas son populares y se coleccionan, en un mundo escaso de imágenes, al igual que las estampillas religiosas o los sellos.
UN CARTÓN DE UNA CAJA DE CERILLAS LOGROÑESA
Las cartones de las cerillas.
Ilustración Española 1878 (BNE) |
Estas llamativos cartones fueron sin duda alguna un soporte ideal de una publicidad que llegaba a todos los hogares.
Faustino Menchaca.
En Logroño, Faustino Menchaca cuida la imagen de sus cajas de cerillas, especialmente cuando se representa a su apreciada vecina, que ocupa el lugar de una reina consorte compartiendo cartón con el mismísimo rey Amadeo de Saboya. Esta curiosa asociación debió tener poco éxito ya que justo un año después, se proclama la I República y el motivo de las siguientes cajas cambió radicalmente ver: Faustino Menchaca el Impresor y fabricante de cerillas
La duquesa de la Victoria.
M. Jacinta Martínez de Sicilia falleció en 1878 y está imagen de aproximadamente 1872 es una de las pocas conocidas de las que se conservan de los últimos años de su vida.
De este periodo, su retrato más popular fue el que acompañó su nota necrológica publicada en la revista la Ilustración Española.
En Logroño, Faustino Menchaca cuida la imagen de sus cajas de cerillas, especialmente cuando se representa a su apreciada vecina, que ocupa el lugar de una reina consorte compartiendo cartón con el mismísimo rey Amadeo de Saboya. Esta curiosa asociación debió tener poco éxito ya que justo un año después, se proclama la I República y el motivo de las siguientes cajas cambió radicalmente ver: Faustino Menchaca el Impresor y fabricante de cerillas
M. Jacinta Martínez de Sicilia falleció en 1878 y está imagen de aproximadamente 1872 es una de las pocas conocidas de las que se conservan de los últimos años de su vida.
De este periodo, su retrato más popular fue el que acompañó su nota necrológica publicada en la revista la Ilustración Española.
Las historias más magníficas suelen estar en los rincones más pequeños.
ResponderEliminarGracias por detenerte a buscarlas.
Increíble post!
Fdo. Otro viajero por el espacio y el tiempo